EAR psicólogos

13 de diciembre de 2012

La calidad de servicio en el ámbito deportivo.

En el artículo de este mes trataremos la calidad de los servicios deportivos. Un tema que no es específico de la psicología deportiva, pero que resulta fundamental para la mejora y progresión del deporte como sector importante dentro de la economía española así como para su mayor profesionalización.

Desde hace unos años, el mundo del deporte ha experimentado un notable crecimiento. Cada vez son más las personas que realizan actividades deportivas, ya sea a nivel recreativo, competitivo o formativo, lo que ha multiplicado el número de empresas que ofrecen servicios deportivos. Esto, unido a las dificultades económicas que estamos afrontando, hace que los gestores deportivos busquen la excelencia empresarial que les permita diferenciarse de la competencia y, para ello, la calidad supone una herramienta fundamental para conseguirlo.

Pero ¿qué es la Calidad de servicios?.

19 de noviembre de 2012

Importancia del pensamiento en el deporte: el lenguaje interior.

En artículos anteriores comentamos que una de las características que tiene que tener un deportista de alto rendimiento es la orientación de logro. En el presente artículo, hablaremos de la importancia del lenguaje interior, es decir, lo que se dice el deportista.

Y es que, en función de lo que pensamos, actuamos. Nuestro pensamiento guía nuestra conducta. Cuando los deportistas toman conciencia de esto, tienen más posibilidades de mejorar su rendimiento. ¿Por qué? Porque toman el control de sí mismos. Sus actuaciones ya no son fruto de la mala o buena suerte, de estar en racha o no, depende de ellos mismos.

Un ejemplo claro de esto, se pudo ver en una de las patinadoras que compitió este pasado fin de semana en el Trophee Bompard. En una de las piruetas, la patinadora cometió un error y ésta centró su pensamiento en él, de tal manera que al hacer una pirueta similar volvió a fallar.  Fueron unos segundos en donde la patinadora no controló su diálogo interior, dejó que su atención se centrara en el error pasado, no en seguir adelante y eso produjo más errores.

Pero ¿qué características ha de tener el lenguaje interior del deportista?.

25 de octubre de 2012

La actitud en pista: expresando emociones.

En artículos anteriores, comentábamos la influencia de las emociones en los procesos cognitivos de los deportistas, es decir, cómo afecta a lo que piensan, recuerdan, deciden, etc.
En este nuevo artículo, nos centraremos en la influencia de las emociones en la conducta de los deportistas o, dicho de otro modo, en la forma de comportarse. Y es que, en función de nuestro estado emocional nuestra conducta varía. De hecho, si somos un poco observadores podremos darnos cuenta de si un determinado deportista está nervioso, triste, contento, etc.
Pero, ¿en qué aspectos tenemos que fijarnos?.

20 de septiembre de 2012

Características del deportista: ORIENTACIÓN AL LOGRO.

Cada vez que vemos o escuchamos en los medios de comunicación los éxitos de nuestros deportistas nos planteamos ¿por qué triunfan ahora y antes no?, ¿de qué pasta están hechos?, ¿qué características les hacen tener éxito?. Uno de los aspectos que más les caracteriza y que ha sido objeto de más estudios tiene que ver con el aspecto motivacional, y más concretamente, con la motivación de logro.

14 de agosto de 2012

Afición y deportistas: El contagio emocional.

contagio emocional

Con la emoción metida todavía en el cuerpo por la final olímpica entre España y USA de basket empieza este artículo relativo a cómo determinados deportistas, determinadas ocasiones permiten que afición y deportistas puedan compartir por unos instantes las mismas emociones a pesar de estar a miles de kilómetros.

Los últimos metros de David Cal, las carreras de Mireia Belmonte, las actuaciones del equipo de sincronizada, de los taekwondistas… nos han subido la adrenalina y nos han hecho sentir una tremenda alegría. Y al contrario, la cara de Pau al ver que se le escapaba la tan ansiada medalla de oro, los jugadores de balonmano con el gol encajado en el último segundo o el gesto abatido de la esgrimista surcoreana después de perder su combate de forma polémica nos han hecho sentir tristeza.

De acuerdo con Iacoboni (2009) podemos experimentar emociones similares a las que están sintiendo los deportistas en esos momentos gracias a las neuronas espejo. Cuando nos ponemos delante del televisor para ver a los deportistas luchar y esforzarse por conseguir sus metas, vemos sus expresiones faciales, sus gestos y sus posturas; nuestras neuronas espejo se activan, lo que posibilita una simulación automática de las expresiones faciales de otros, y envían señales al sistema límbico, que nos permite sentir las emociones asociadas con las expresiones faciales observadas.

En ese momento, de forma no reflexiva, imitamos sus expresiones faciales, sincronizamos nuestro cuerpo, sentimos su tristeza, alegría, dolor… En definitiva, nos contagiamos de las emociones experimentadas por otros, lo que supone que por un instante, miles e incluso millones de personas compartan un mismo sentimiento.

13 de julio de 2012

Las emociones en el deportista.

Continuamente se habla de la importancia de las emociones en el trabajo, en las relaciones sociales, en la vida familiar, a la hora de consumir, etc. Igualmente en el deporte, las emociones juegan un papel muy relevante, ya que pueden mejorar o perjudicar el rendimiento del deportista.

Tradicionalmente, todo lo relacionado con lo afectivo se ha dejado de lado ya que se consideraba que era un rasgo de debilidad y que entorpecía la ejecución. Recientemente, la investigación realizada sobre afecto y emociones ha puesto de manifiesto que no sólo no hay que apartarlo sino que además es conveniente gestionarlo y manejarlo para conseguir sus beneficios. De hecho, se ha encontrado que el afecto influye en distintos procesos cognitivos como son la atención, la memoria, la toma de decisiones así como en el procesamiento de la información. Así, las emociones negativas favorecen un procesamiento más sistemático y detallado, que requiere mayor esfuerzo cognitivo. Por el contrario, las emociones positivas tienden a promover un modo de procesamiento más esquemático, superficial y rápido, basado en la utilización de “heurísticos”.

No obstante, los efectos de la emoción sobre los procesos cognitivos son complejos y dependen de múltiples factores, relacionados tanto con la intensidad y la naturaleza de la emoción como con las características de la tarea.

Pero, ¿cómo influyen las emociones en el deportista?.

16 de junio de 2012

La mediación en el ámbito deportivo.

Los conflictos son algo inherente al ser humano. Desde que nacemos estamos interactuando con otros, manifestamos nuestras opiniones, ideas, deseos, emociones, etc. y éstas no siempre coinciden con la de los demás, por lo que se producen choques, disputas, en definitiva, conflictos.

El ámbito deportivo no es ajeno a ello. Así, ante un mismo hecho, por ejemplo, un choque entre jugadores, uno puede considerar que ha sido fortuito y otro pensar que ha sido intencionado; ante un movimiento de un jugador, unos pueden considerar que es correcto y otros no, etc. por lo que desde sus inicios, el deporte ha desarrollado unos reglamentos que permiten regular las actuaciones y los conflictos surgidos de la aplicación de éstos se han resuelto a través de los jueces de competición o árbitros.

Este tipo de resolución parece bastante eficaz ya que, a través de un tercero, que se supone imparcial y neutral, se decide y se resuelve una situación de forma rápida y con poco coste. No obstante, este tipo de resolución también tiene desventajas que fundamentalmente se centran en la insatisfacción generada en alguno de los implicados.

Dado que no todos los conflictos surgidos en el deporte requieren una premura como los relacionados con la aplicación de las reglas de juego (e.g., desacuerdos entre algún/os jugador/es y entrenador, entre padres y entrenador, entre director técnico y entrenador, entre jugadores, padres, directivos, etc.), parece conveniente utilizar otras fórmulas de resolución de conflictos que permitan que las partes se sientan más satisfechas con la solución.

En ese sentido, la mediación se presenta como un procedimiento alternativo de gestión y resolución de conflictos, donde las partes implicadas, de forma activa, toman decisiones y buscan soluciones comunes para resolver el conflicto y donde un tercero, el mediador, les asiste con la finalidad de favorecer vías de comunicación y entendimiento mutuo. Dado que las partes tienen un papel principal en este procedimiento, los acuerdos a los que llegan tienen más probabilidad de ser cumplidos y mantenidos en el tiempo que aquellos propuestos por terceras personas.

Por ejemplo, imaginemos que un club de baloncesto, fútbol u otro deporte tiene en su reglamento que aquellos familiares que tengan un comportamiento inadecuado en las gradas podrán ser expulsados de la misma. Hasta ahora, este tipo de situaciones suele resolverse de dos formas: 1) enfrentándose a esos familiares, lo que puede conllevar más problemáticas y 2) resignarse y no hacer nada, lo que supone no resolver el problema.

A través de la mediación, lo que se plantea es que en otro momento (e.g., durante la semana siguiente), los familiares y los responsables del club se reunieran junto a un mediador para poder trabajar esa situación y llegar a acuerdos que satisficieran a ambas partes, favoreciendo su cumplimiento y mantenimiento en el tiempo.

Para conseguir estos objetivos, el proceso de mediación ha de cumplir con una serie de principios como son la confidencialidad, voluntariedad, imparcialidad, neutralidad; seguir una estructura organizada y basada en modelos teóricos. En definitiva, ser realizada de forma estandarizada por profesionales de la mediación con conocimientos en deporte.

12 de marzo de 2012

Qué pasa cuando un deportista se lesiona.

Las últimas noticias sobre las lesiones de Ricky, Calderón, Pere Tomás, etc. me hace pensar en qué puede hacer la psicología para contribuir a la recuperación de las lesiones. Para ello, es necesario tener en cuenta qué variables pueden afectar a la misma.

En primer lugar hay que tener en cuenta el grado de la lesión, ya que en función de ella, el deportista puede verse obligado a retirarse de las pistas de competición por un período más o menos largo de tiempo, e incluso puede provocar el abandono definitivo de su carrera deportiva. A medida que la lesión sea más incapacitante más necesario será trabajar las estrategias mentales del deportista.

4 de febrero de 2012

La autoconfianza en el deporte.

En otro artículo comentamos cómo las valoraciones que un deportista se hace sobre sí mismo y las realizadas por las personas de su entorno pueden influir en su autoconfianza.

Pero hay otros aspectos a tener en cuenta. Para ello, en primer lugar, definiremos dicho concepto. La autoconfianza es la creencia de que puedo realizar satisfactoriamente una conducta deseada. Es decir, supone creer que el éxito se va a producir.

De tal manera que un deportista con confianza, cree en sí mismo y en su capacidad para adquirir las destrezas y competencias necesarias (mentales y físicas) que le permita alcanzar su máximo potencial. En cambio, un deportista sin confianza, duda de sí es lo bastante bueno o de si tiene la capacidad para adquirir las habilidades necesarias para conseguir su meta.

Teniendo esto en cuenta, creo fundamental que el deportista se pregunte, no si tiene confianza en sí mismo o no; sino en ¿puedo mejorar mis puntos débiles hasta tal punto que consiga mi objetivo?.

Esta reflexión conlleva un ejercicio personal de autoconocimiento ya que, antes de esa pregunta, el deportista debe saber cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles.

Imaginemos que somos un jugador de baloncesto de alto nivel, pero cuyos porcentajes de tiro libre son bajos. En primer lugar, el jugador tiene que ser consciente de ese punto débil y en 2º lugar, plantearse ¿puedo mejorar esos porcentajes?. Si se responde que sí, ya tiene bastante logrado, ya que esa actitud de mejora le guiará para buscar a un entrenador de tiro y a esforzarse al máximo para conseguir su objetivo. En este caso, mejorar el porcentaje de tiros libres.

La confianza del jugador en sí mismo (“Puedo mejorar mi porcentaje si entreno específicamente la mecánica de tiro”), el saber que si insiste en ello, si lo entrena puede mejorar, le permita movilizar sus energías para ponerse a ello. Y cuando uno entrena motivado, esforzándose, mejora considerablemente.

Esto que parece más sencillo en la mejora de un gesto técnico, es igual en la mejora de aspectos psicológicos. El deportista que por ejemplo, le cuesta concentrarse, se pone nervioso, etc., ha de preguntarse ¿puedo mejorar esto?. Si la respuesta es afirmativa supone un paso importante, ya que considera que esos aspectos puede superarlos, es decir, confía en que puede solventarlos. ¿Cómo? buscando un psicólogo deportivo y entrenando las técnicas y estrategias que éste le enseñe.


Y¿cómo afecta la autoconfianza en el rendimiento?.

La relación entre ambas variables tiene forma de U invertida, es decir, el rendimiento mejora a medida que aumenta el nivel de confianza, hasta un punto óptimo, a partir del cual un aumento adicional de confianza le corresponden disminuciones en los niveles de ejecución.

La autoconfianza óptima equivale a estar tan convencido de que se pueden alcanzar los objetivos marcados que se invierte un gran esfuerzo en ello, lo cual no significa necesariamente que el deportista vaya a tener una buena ejecución, pero es esencial si se quiere desplegar su potencial al máximo. En otras palabras, el deportista podrá cometer errores y/o tomar decisiones equivocadas, o perder esporádicamente la concentración, pero la creencia convencida en uno mismo le ayudará a afrontar los errores y las dificultades con eficacia y a mantener el esfuerzo que conduce al éxito.

Este nivel óptimo es distinto para cada deportista, por lo que resulta importante que cada uno conozca dicho nivel para poder regularlo y así rendir al máximo.

En cambio, el exceso o defecto de confianza hará que el rendimiento del deportista disminuirá. ¿Por qué?.

Por un lado, los deportistas con exceso de confianza consideran que no tienen porqué prepararse o esforzarse para realizar su cometido, por tanto, su rendimiento disminuye. En otras ocasiones, los deportistas pueden mostrar un exceso de confianza, tratando de disimular sus dudas e indecisiones.

Por otro lado, algunos deportistas con las destrezas físicas necesarias para lograr el éxito, pueden tener falta de confianza en su capacidad para ejecutarlas en condiciones de presión. Las dudas sobre uno mismo debilitan el rendimiento ya que crean ansiedad, dificultan la concentración y provoca indecisión ya que estos deportistas se centran más en sus puntos débiles que en sus habilidades, impidiéndoles fijar la atención en la tarea relevante.

7 de enero de 2012

La personalidad del deportista: ¿qué características personales hacen a Rafa Nadal, Pau Gasol o Iker Casillas deportistas de éxito?.

Al ver en la tele los triunfos de Nadal, de Gasol o Casillas, cuesta no pensar en qué características tienen que les hacen llegar al éxito y, en cambio, a otros, con las mismas o mejores condiciones físicas y/o técnicas, no. De hecho, son muchos los casos de deportistas que se quedan en futuras promesas, sin dar el salto cualitativo que les permita llegar al éxito.

Pero, ¿en qué se diferencian? ¿qué puede hacer que una persona triunfe y otra no?.

Si bien cada caso es distinto y, por tanto, debe analizarse detalladamente, parece que uno de los factores que más influyen es la personalidad del deportista.

Pero ¿qué es la personalidad?.

La personalidad es la capacidad de adaptación a las situaciones de la vida cotidiana. En el ámbito deportivo, sería la capacidad de adaptación a la vida deportiva, desde los entrenamientos hasta la competición. Así, por ejemplo, hay muchos deportistas jóvenes que compaginan vida deportiva y académica, pero cuando aumentan las exigencias,  prefieren abandonar para hacer otras cosas.

El estudio de la personalidad es uno de los temas más abordados en el ámbito de la Psicología en general, e igualmente en el de la Psicología del deporte.

Concretamente, el estudio de la personalidad se ha abordado desde tres perspectivas diferentes:

-       Modelos internalistas: Consideran que la personalidad viene determinada por características internas, estables y fijas. Algunas de las teorías que apoyan esta idea son la Teoría de los rasgos y la teoría psicodinámica. Es decir, cada persona tiene unas características personales determinadas e inmodificables.
-       Modelos situacionales: Consideran que la personalidad está determinada por las respuestas que da el sujeto (conducta observable) ante una situación. Dichas respuestas están influidas por la historia del sujeto (es decir, la experiencia acumulada por situaciones similares).
-       Modelos interaccionistas: Actualmente, son los que mayor apoyo reciben. Consideran que la personalidad está definida tanto por variables internas del sujeto y como por las características de la situación. Es decir, la personalidad de alguien depende de su historia previa de aprendizaje y de cómo percibe la situación (expectativas y atribuciones).

Dentro de la perspectiva interaccionista, el enfoque más utilizado en Psicología del deporte es el fenomenológico. Según éste, el comportamiento está determinado por características personales y situacionales; pero, a diferencia del modelo interactivo, no considera que las variables personales sean disposiciones o rasgos fijos, sino que tiene en cuenta la comprensión e interpretación que hace el deportista de sí mismo y del entorno.

En base a este enfoque, por tanto, no habría que estudiar las características personales que favorecen el rendimiento exitoso de los deportistas sino las estrategias mentales, habilidades y conductas que utilizan para competir (Auweele, Cuyper, Van Mele y Rzewnicki, 1993; Vealey, 2002, Weinberg, 2010).

En otras palabras, los deportistas exitosos utilizan estrategias, poseen habilidades y se comportan de manera distinta a deportistas no exitosos en determinadas situaciones.

Pero, ¿estas habilidades, estrategias pueden aprenderse?

Según el enfoque fenomenológico, sí. Por tanto, un deportista podría mejorar su rendimiento aprendiendo una serie de habilidades y estrategias básicas, comunes a cualquier deporte.

Pero ¿cuáles son?

Algunas investigaciones (véase Weinberg, 2010) han puesto de manifiesto la influencia de las siguientes habilidades en el éxito deportivo:
  • Establecimiento de metas: Es conveniente antes de una competición, plantearse qué objetivos perseguimos y qué vamos a hacer para conseguirlos. Para que sean eficaces, los objetivos han de ser concretos, reales, medibles y controlables.
  • Preparación mental y ensayo mental previo a la competición: En otras palabras, es positivo preparar la competición, seleccionar la táctica o estrategia a usar, anticipar posibles adversidades, cómo afrontarlas, etc.
  • Mantener la concentración: Es importante saber mantener la atención ante los estímulos relevantes, en qué hay que hacer y no fijarse en estímulos irrelevantes (ej: gritos desde las gradas), no controlables (ej: actuaciones arbitrales) o negativos (ej: fallo cometido). Para ello, es conveniente entrenar rutinas que permitan al deportista lidiar con las distracciones.
  • Control de pensamientos: Cuanto mayor sea el número de pensamientos positivos o imágenes positivas mejor será el rendimiento del deportista, ya que favorece su motivación y su esfuerzo.
  • Manejo de la excitación y ansiedad: Como se ha hablado en capítulos anteriores, es importante que el nivel de activación sea el óptimo para obtener un buen rendimiento.
  • Afrontamiento de obstáculos: Muy relacionada con la fuerza mental y con la tenacidad de una persona. Para conseguir afrontar los obstáculos es bueno anticipar y ensayar posibles estrategias para prevenirlos y/o solventarlos.

Además, en las investigaciones se pone de manifiesto que estas habilidades han de ser interiorizadas, de tal manera que su manejo se haga de forma automática, igual que la realización de los gestos técnicos.

Si analizamos los comportamientos de nuestros deportistas con mayor éxito, teniendo en cuenta estas habilidades, podemos observar cómo están presentes en ellos. Por ejemplo, en la final de la Copa Davis de este año, pudimos ver cómo Rafa Nadal era capaz de superar las rachas de Del Potro (afrontamiento de obstáculos), sin perder la concentración ante los fallos cometidos, felicitándose ante los aciertos (control de pensamientos), etc. O como Pau Gasol parece tener planificada de forma muy precisa su carrera profesional, pautada paso a paso, sin saltarse ninguno (establecimiento de metas); preparando y analizando cada partido, cada competición.

Por último, añadiría otra cualidad que creo que es común a estos deportistas y que es importante para mantenerlos en la élite: la HUMILDAD. Tanto Rafa Nadal, como Pau como Iker son conocedores de su valía, pero también de la importancia de seguir trabajando para mejorar, para seguir siendo los mejores. Quizás esta cualidad por ser más determinante en el mantenimiento del éxito y no en su consecución, es la menos trabajada, pero no por ello, la menos importante.

En resumen, parece que existen una serie de habilidades que, innatas o aprendidas, favorecen el éxito deportivo y, por tanto, sería bueno profundizar más en su estudio para incorporarlas formalmente en los programas de entrenamiento y tecnificación desde categorías inferiores.